martes, 30 de octubre de 2012

cómo andas

A: Me vas a dejar de hablar si te pregunto como andas?
M: Tenemos una especie de regla implícita que dice que no nos preguntamos como andamos, no?
A: No se, la otra vez te pregunté y me dejaste de hablar. 
M: En algún momento de mi vida lo considere como un signo de confianza. Como lavarse los dientes con alguien, hacer pis con la puerta abierta, no decir ni hola ni chau cuando hablas por teléfono. Qué se yo. 
Y es que es un signo de confianza, porque si ando bien y tengo la imperiosa necesidad de comunicártelo  o ando para el orto y tengo ganas de incluirte en mi miseria, entonces te lo diría independientemente de si me preguntas como ando. El cómo andas te pone en una situación en la que tenes que mentir o compartir cosas que no tenías ganas de compartir. 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Rehenes al destino


Las relaciones interpersonales con todo lo que acarrean (amor, relaciones de pareja, compromisos, derechos y deberes mutuamente reconocidos) son al mismo tiempo objeto de atracción y de aprensión, de deseo y de temor.  La mayoría de nosotros, la mayor parte del tiempo, adoptamos dos aptitudes frente a esa novedad de “vivir sin cadenas”, de relaciones “sin compromisos”. Las codiciamos y tememos al mismo tiempo. No daríamos marcha atrás, pero nos sentimos a disgusto donde estamos ahora. No sabemos qué hacer para tener las relaciones que deseamos, y lo que es aún peor, no estamos seguros de que tipo de relaciones deseamos. 

Amar significa estar decidido a compartir y mezclar dos biografías, cada una con su diferente carga de experiencias y recuerdos y su propia singladura. Por la misma razón, significa un acuerdo cara al futuro, y por tanto, cara a ese gran desconocido. Significa entregar rehenes al destino. También significa hacerse dependiente de otra persona dotada con una libertad parecida para elegir y con voluntad para mantener dicha elección, y por tanto, de otra persona llena de sorpresas, imprevisible. 
El comienzo de una relación requiere el consentimiento de dos y para acabar con ella basta solo con la decisión de uno de los miembros; toda relación de pareja está condenada a ser blanco constante de ansiedad ¿Y qué pasa si el otro se aburre antes que yo?
La disponibilidad de una salida fácil constituye en sí misma un obstáculo formidable para la consumación del amor. Hace que sea mucho menos probable el tipo de esfuerzo a largo plazo que dicha consumación requeriría, que sea susceptible de ser abandonado mucho antes de alcanzar una conclusión gratificante. 

Luchamos afanosamente por la seguridad que solo una relación comprometida (¡Si, comprometida a largo plazo!) puede darnos, y aun así tememos una victoria tanto como una derrota. Como toda relación es frágil, tal vez el recurso de multiplicar y amontonar relaciones nos haga sentir que el terreno es menos traicionero. Sustituimos las pocas relaciones profundas con una masa de contactos escasos y superficiales.

Fragmentos de Identidad de Zygmunt Bauman

Soundtrack: Desarma y Sangra - Serú Giran


martes, 23 de octubre de 2012

Narro, luego existo

La narración se convierte en un atractivo para las masas, con independencia de la capacidad técnica y las dotes creativas de los individuos, porque el narrar es uno de los modos de responder a los desafíos de la identidad. Narrar significa establecer una continuidad, significa la posibilidad de reconocer el hilo que une al pasado y al futuro. Narrar parece responder a la difícil tarea de conjuntar la multiplicidad. En el contexto de dificultades en que se mide la identidad, la narración se vuelve una suerte de tabla de salvación a la que se atribuyen poderes de apoyo, terapéuticos y catárticos. 
(...)
Frente al cambio que apremia, el futuro nos desafía ahora a cada minuto y crece la percepción de que vivimos "instantes fugaces". La tentación es en tal caso, la de anclarse en el pasado, fijándolo en la inmovilidad. La narración depresiva hace del pasado un mito. En el cultivo del recuerdo, se nos encierra apartándonos de las posibilidades y los desafíos del día de hoy. 
El futuro nos acosa, pero en cualquier caso debemos llevarnos detrás algo de nosotros mientras transitamos. La tentación de la narración proyectiva es la de poder dejar todo a las espaldas en cualquier momento. La fuga hacia el futuro se convierte en cancelación de la memoria. (...)

Fragmentos de Teoría social para una era de la información de Alberto Melucci

sábado, 6 de octubre de 2012

tan rara


¿Que pasa? ¿Por qué estás tan rara? Me asusta creer que por fin estás rota. Hace tiempo que no lloras. Hace tiempo que no sentís. Hace mucho tiempo que dejaste de decir la verdad ¿Por qué estás tan rara? Antes tu sonrisa era más sincera. Antes tu voz era más delgada. Antes tus ojos eran una ventana ¿Por qué estás tan rara? Cerra los ojos. Acordate que antes nada te asustaba. Deja todo lo que te llena de miedo. Cambia las sábanas, fumate un cigarro y deja que se escapen los fantasmas. Abrí la puerta, abrí la ventana. Deja que el aire entre y se lleve las sombras. Deja de pelear, deja de aferrarte a recuerdos, deja salir los rencores.