No solamente no abandono ninguno de mis egoísmos, de mis pequeños apegos, sino que continúo sin cesar "dándome la preferencia", más aún, no llego a entregarme amorosamente a un ser; todos me son un poco indiferentes, incluso los más queridos. Pruebo -y es duro- la "sequedad del corazón", la acidia.
Roland Barthes
Roland Barthes
No hay comentarios:
Publicar un comentario