domingo, 28 de febrero de 2010

Acidia

No solamente no abandono ninguno de mis egoísmos, de mis pequeños apegos, sino que continúo sin cesar "dándome la preferencia", más aún, no llego a entregarme amorosamente a un ser; todos me son un poco indiferentes, incluso los más queridos. Pruebo -y es duro- la "sequedad del corazón", la acidia.

Roland Barthes

sábado, 27 de febrero de 2010

Inútil es callar.

Es que uno va coleccionando miedos

que se transforman en fantasmas

que hablan por ti sin que los llames

y te impiden decir en forma natural

lo que sientes por mi

lo que siento por ti .


Inútil es matar. La muerte prueba que la vida existe...


miércoles, 24 de febrero de 2010

McGuevara o Chedonald's

Hoy es difícil rebelarse. Todo es pura fachada. Pocos íconos no se han vendido para estamparse en remeras. Hasta el rock, que unía jovenes con distintas pieles y sociedades, fue comprado y vendido en partes. Y aunque hay razones para indignarse y construir, me da la sensación de que todo puede ser manipulado a favor de algunos. Algunos bastante pocos, que concentran todo.
Así, es más comprensible que nos dejemos llevar por los adultos olvidados de sus tiempos de juventud y hasta nosotros mismos creamos que nuestra generación esta perdida. Pero aun así no es justificable el hecho dejarse convencer sin preguntarse.
Rebelarse no es romper todo. Es evaluar que debe ser cambiado, para mejorar el hoy y el mañana. No debemos conformarnos con lo que tenemos porque simplemente no es probable cambiarlo

lunes, 22 de febrero de 2010

¿Dulce o amargo?

El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?".Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos".
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.
Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores... Es la solidaridad de bancar esos! mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!".


Es el compañerismo hecho momento.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia de uno por uno.
Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.

Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir...

domingo, 21 de febrero de 2010

"Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor. Aunque la violencia, se practica a plena luz del día."

jueves, 18 de febrero de 2010

Vivir en la mentira

Para Sabina, vivir en la verdad, no mentirse a sí mismo, ni mentir a los demás, sólo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observe nuestra actuación nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad. Tener público, pensar en el público, eso es vivir en la mentira. Sabina desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo, piensa Sabina. Y la persona que se priva de ella voluntariamente, es un monstruo. Por eso Sabina no sufre por tener que ocultar su amor. Al contrario, sólo así puede "vivir en la verdad".
Por el contrario, Franz está seguro de que la división de la vida en una esfera privada y otra pública es la fuente de toda mentira: el hombre es de una manera en su intimidad y de otra en público. "Vivir en la verdad" significa para él suprimir la barrera entre lo privado y lo público. Le agrada citar la frase de André Breton acerca de que le gustaría vivir "en una casa de cristal" en la que nada sea secreto y en la que todos puedan verlo.


Milan Kundera ♥