jueves, 27 de octubre de 2011

antropología de los sentidos

Decir con Descartes "Pienso, luego existo", significa omitir la inmersión sensorial del hombre en el seno del mundo. Entre la carne del hombre y la carne del mundo, no existe ninguna ruptura, sino una continuidad sensorial siempre presente. El individuo sólo toma conciencia de sí a través del sentir, experimenta su existencia mediante las resonancias sensoriales y perceptivas que no dejan de atravesarlo.
Los sentidos son una materia destinada a producir sentido; sobre el inagotable trasfondo de un mundo que no cesa de escurrirse, configuran las concreciones que lo vuelven inteligible.
Un sonido, un sabor, un rostro, un paisaje, un perfume, un contacto corporal, despliegan la sensación de la presencia y avivan una conciencia de sí mismo algo adormecida al cabo del día, a menos que se viva incesantemente atento a los datos del entorno. El mundo en que nos movemos existe mediante la carne que va a su encuentro.

Fragmento de "El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos" de David Le Breton.


Soundtrack: No Rain - Blind Melon

1 comentario:

  1. si, principalmente el olfato, que puede provocar el recuerdo instantáneo de lo que parecía olvidado...¿cómo es eso? los demás sentidos no tienen esa capacidad

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