martes, 30 de octubre de 2012

cómo andas

A: Me vas a dejar de hablar si te pregunto como andas?
M: Tenemos una especie de regla implícita que dice que no nos preguntamos como andamos, no?
A: No se, la otra vez te pregunté y me dejaste de hablar. 
M: En algún momento de mi vida lo considere como un signo de confianza. Como lavarse los dientes con alguien, hacer pis con la puerta abierta, no decir ni hola ni chau cuando hablas por teléfono. Qué se yo. 
Y es que es un signo de confianza, porque si ando bien y tengo la imperiosa necesidad de comunicártelo  o ando para el orto y tengo ganas de incluirte en mi miseria, entonces te lo diría independientemente de si me preguntas como ando. El cómo andas te pone en una situación en la que tenes que mentir o compartir cosas que no tenías ganas de compartir. 

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